En un comunicado firmado por su secretaria general, Lidia Fagale, la UTPBA, utilizando como pantalla una hipócrita solidaridad con los comunicadores que grabaron un falso vivo con la intención de disimular al aire el último paro que se llevó adelante en Radio Nacional, defendió a la patronal conducida por María Seoane que desde hace años ataca las condiciones laborales de los periodistas de la radio pública.
En lugar de acompañar la pelea del conjunto de los trabajadores de la radio y su lucha por salarios dignos, la conducción de la UTPBA defiende los intereses de la empresa. La UTPBA no hace diferencias a la hora de defender patronales: al igual que ayer entregó a los trabajadores de Clarín, hoy intenta hacer lo mismo con los de Radio Nacional.
Se advierte en la nota de UTPBA, que es tanto su apuro en escribir lo que le demanda la dirección de Radio Nacional que asume su discurso aun con sus equivocaciones. La declaración de personas no gratas partió de una asamblea de trabajadores de base y la respectiva comunicación fue firmada por todos los gremios. Curiosamente María Seoane, directora de la emisora y la UTPBA solo ven la firma de los periodistas. Por otra parte, Hernán Brienza no fue mencionado en documento alguno. Él mismo se implicó en su propio muro de facebook, lo que fue reproducido por los medios, así como las réplicas que su manifestación generó.
Además cabe recordar que todos los gremios que componen la Paritaria de Radio Nacional REPUDIARON que sus representados (locutores, operadores y productores) hayan sido utilizados en la grabación de un falso vivo que horas después sería emitido para tapar un paro llamado por esas mismas organizaciones.
No asombra la coherencia de la UTPBA, siempre en contra de los trabajadores de prensa, como en la paritaria de prensa escrita y de radios privadas, firmado a espalda de los delegados de todos los medios o su ausencia en la defensa los delegados despedidos de Minuto Uno. Su traición permanente a los intereses de las bases, la complicidad con las patronales, esa permanente genuflexión con las corporaciones mediáticas que la caracteriza, son la razón de nuestra existencia.