La noticia vino acompañada de la militarización de la fábrica que, en los últimos días del año pasado, había sido escenario del paro y ocupación en rechazo al despido de once trabajadores.
Nos solidarizamos con su lucha, repudiamos la represión y nos ponemos a disposición de las decisiones que tome el colectivo de trabajadores a través de su Asamblea y su Comisión Interna.
Alertamos, además, que el cierre de la planta no responde a razones productivas (la compañía mantiene en funcionamiento la planta Interpack 2) sino que persigue el objetivo de atacar la organización gremial existente que ha venido enfrentando los intentos de la empresa para flexibilizar las condiciones de trabajo con el propósito de que sean los trabajadores quienes carguen el peso de la crisis.
Exigimos se garantice la continuidad laboral de todos los operarios y ratificamos nuestro rechazo al ajuste y a la represión.