Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) realizamos una encuesta que arroja datos contundentes sobre la realidad socioeconómica estructural de nuestro sector en el contexto de la pandemia.
La encuesta, que fue realizada durante el aislamiento social preventivo y obligatorio, contó con más de 700 respuestas. Reveló datos preocupantes, tanto de la situación salarial, como vinculados a la desigualdad de género. Además, analizó las condiciones laborales, las nuevas problemáticas surgidas a partir de la emergencias así como otras que se masificaron, como el teletrabajo.
En este período, a la grave situación de pérdida de puestos de trabajo que arrastramos de los últimos cuatro años, con más de 4500 puestos de trabajo perdidos a nivel nacional (entre despidos, jubilaciones anticipadas y retiros “voluntarios”), se le sumaron despidos ilegales a pesar del decreto que los prohíbe, como sucedió en Publiexpress y en Editorial Atlántida. Además, muchas empresas pagan el salario en cuotas, como Clarín o Diario Popular, en una de las actividades en las que mas se deterioró el salario en los últimos años, con una paritaria 2019 por la que sólo se percibió un 15% por un semestre. Les trabajadores colaboradores y freelance fueron les más perjudicados en este período, en el cual se pone en evidencia lo que denunciamos desde hace años: las figuras de colaborador y freelance esconden una relación laboral fraudulenta que deja sin derechos sociales a les trabajadores.
A esto se suma la crítica situación de los medios cooperativos y autogestivos, que cumplen un rol fundamental en el derecho a la comunicación, que no perciben la misma ayuda, pauta y apoyo estatal que a los grandes medios privados.
A continuación se adelantarán algunos de los resultados de la encuesta. Por cuestiones de tiempo no se llegó a procesar gran parte de la información cualitativa, que será expuesta con posterioridad en un informe del Observatorio de Medios del SiPreBA.
Salarios #ElSueldoNoAlcanza
En 2019 sólo hubo un 15% de recomposición en prensa escrita y radial. En 2020, no hubo paritarias para la actividad. Esta enorme pérdida en la carrera contra la inflación es sólo un tramo de la larga maratón en la que nuestro sueldo viene muy rezagado, con paritarias a la baja en los últimos seis años que nos encuentran en esta situación: en el pasado abril el 66% de las trabajadoras y trabajadores que se encuentran en relación de dependencia en empresas de prensa de Capital Federal cobraron un salario por debajo de la Canasta Total, estimada en $53.637 por la Dirección General de Estadísticas y Censos del GCBA para un hogar tipo 1 (Ver).
El mismo mes, el 42% cobró un salario por debajo de los $41.994 indicados como línea de pobreza (según INDEC para abril).
Entre quienes colaboran en forma freelance, es la amplia mayoría la que cobra por debajo de la línea de pobreza y se ve imposibilitada de vivir exclusivamente de su trabajo en prensa.
En los medios privados, el 63% no recibe pago por trabajar horas extras, algo cada vez más frecuente con la extensión compulsiva del horario laboral producto del teletrabajo (ver abajo).
Salarios y precarización
Esta depreciación del salario y condiciones de trabajo fuerza a quienes trabajan en medios de prensa a buscar formas alternativas de solventar su costo de vida.
El 39,3% afirma tener más de un trabajo. Dentro de este grupo, la amplia mayoría explica que la razón por la que tiene un empleo extra se debe a que el sueldo no le alcanza. El 16,2% afirma que hace changas en otros rubros para complementar su trabajo en Prensa.
El 39% de les trabajadores de Prensa en relación de dependencia tuvo problemas para cobrar su salario en tiempo y forma durante la cuarentena.
#PeriodismoEnEmergencia
La situación salarial en los últimos meses se ha agravado al punto de que el 32,1% sostiene haber recortado gastos en alimentación optando por alimentos más baratos o segundas marcas, cuando antes compraba las de mayor calidad, e incluso el 12% de encuestades afirma que está recortando alguna de sus comidas diarias.
Juventud
Respecto a les jóvenes, sólo el 10% de les trabajadores efectivos de Prensa tiene 30 años o menos. Esto muestra el techo de la juventud para acceder a puestos de trabajo, y su contracara, la precarización del trabajo jóven.
Géneros
La encuesta 2020 muestra que la mayoría de la población de mujeres se encuentra concentrada entre los sueldos más bajos, mientras que entre los salarios más altos hay mayoría de población masculina.
Dentro del total de mujeres y disidencias, el 49,3% (la mitad de las mujeres y disidencias) cobró en abril por debajo de la línea de pobreza de $41.994, mientras que dentro del total de varones el porcentaje fue de 37,5%. Esto implica una feminización de la precariedad.
La brecha salarial de género se cristaliza en que el 39.3% de las mujeres encuestadas afirma cobrar menos que los varones que hacen la misma tarea. Dentro de estas, el 32,6% piensa que esto se debe a una cuestión de género.
Despidos
En medio de los recientes despidos masivos de Publiexpress y Editorial Atlántida, y de la pérdida de más de 4500 puestos de trabajo (como muestran relevamientos anteriores del SiPreBA), la encuesta muestra que el 18% de afirmó que fue despedido/a de un medio de Prensa en los últimos cinco años.
La pandemia y las medidas preventivas
La encuesta consulta acerca de las medidas de prevención implementadas por las empresas. Desde el inicio de la pandemia han cambiado muchas cosas, y las condiciones de trabajo no son la excepción. En gran parte, las medidas de prevención, de cumplimiento dispar, tomadas por las empresas, han sido impulsadas como respuesta a reclamos de la propia organización de base. En las radios, en los mejores casos se cuenta con dotaciones mínimas de personas en el estudio y el resto remotos, aunque esto no siempre se cumple. En Prensa televisada hay concentración de gente en los estudios y cronistas expuestos/as a móviles. En muchos casos las empresas reaccionaron tarde y sólo gracias a les trabajadores se terminaron agiornando a la nueva realidad tomando la temperatura, proveyendo barbijos y otros elementos de seguridad e higiene que se venía reclamando.
Una de las medidas tomadas por una amplia proporción de las empresas de Prensa fue la implemetación del teletrabajo.
Teletrabajo
Antes del aislamiento social preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno menos del 10% del total de les trabajadores de Prensa que trabajan en relación de dependencia hacía alguna forma de teletrabajo. Si bien la actividad laboral de prensa es considerada esencial (aunque esta esencialidad no se vea reflejada en la media salarial) y por medio del Decreto N° 297/20, se encuentra exceptuada del aislamiento, muchas de las empresas de Prensa implementaron esta modalidad, y según muestra la encuesta, actualmente el porcentaje de trabajadores que teletrabajan asciende al 75%.
Las tareas periodísticas son colectivas, sociales, por lo que requieren de un alto grado de interacción humana entre quienes las realizan, y para esto es fundamental la presencia en los lugares de trabajo. Entendiendo que el teletrabajo es una realidad propia de esta época de pandemia, se evidencia la necesidad de que se realice en las condiciones más beneficiosas para el sector del trabajo y se legisle, ya que lo no legislado a favor de les trabajadores, está tácitamente legislado a favor de los empleadores. En las actuales condiciones, lejos de las supuestas ventajas de ahorrar tiempo, viáticos y pasar tiempo en casa, se encuentra latente una flexibilidad desreguladora.
“Yo pongo mis herramientas”, “no me pagan internet”. La encuesta también da cuenta de la precarización y la transferencia de costos fijos de las empresas a les trabajadores: para ilustrar el caso, si antes una empresa pagaba el alquiler de oficinas, luz, gas, agua, internet, cable y otros servicios, ahora son les trabajadores quienes se hacen cargo de esos costos para poder trabajar.
El 97% de quienes hacen teletrabajo afirman que su empleador no le paga por el uso de internet en su domicilio. Al 74,1% su empleador tampoco les provee una computadora para teletrabajar, obligados a usar la suya propia, muchas veces compartida con otros miembros del hogar.
Al consultar por la provisión de otras herramientas por parte del sector patronal, el 86% afirma que no recibe ninguna otra herramienta para teletrabajar.
Otro dato relevante sobre las condiciones reales en las que actualmente de ejerce el teletrabajo es que el 82,5% no cuenta con el mobiliario adecuado para teletrabajar, tal como escritorio, silla ergonómica, almohadilla para el mouse, etc. Muchas veces no alcanza “con lo que hay en casa”, cuando en las empresas hay sillas y otros elementos que deberían ser provistos. En las respuestas de la encuesta se hace mención a dolores, contracturas y enfermedades vinculadas a malas posturas.
Debido a esta carencia en la infraestructura provista por el sector empleador el 35,3% afirma que tuvo que hacer alguna inversión extra para poder trabajar desde casa.
Otra cuestión desatacada en relación al teletrabajo, es el aumento del tiempo destinado a tareas domésticas y de cuidado. Al respecto, el 88.8% de quienes tienen hijes afirma que su trabajo se vió afectado por las tareas de cuidado.
Hay problemas que se repiten con frecuencia en las respuestas. “Trabajo más horas”, “No hay límites en los horarios”, “Se mezcla el trabajo con el tiempo de descanso”, problemas que muestran la sobrecarga que sufren les trabajadores. “Me piden cosas fuera de hora”, “No se respeta el horario laboral”, dicen otras respuestas.
“Cuando puedas ves esto, si no te jode, se que es temprano, pero…” frases que suenan cada vez más seguido por parte del personal jerárquico, son otra muestra de la necesidad de una nueva legislación que tenga en cuenta la desconexión como derecho, necesidad preexistente que se agudiza con el teletrabajo.
A estos problemas laborales y económicos se suma un problema político, el potencial límite a la capacidad de organización colectiva de les trabajadores. No obstante, en lugares donde existe un trabajo previo, pese al aislamiento social obligatorio se logró continuar la organización. En distintos medios de todas las ramas se organizaron asambleas de forma virtual, e incluso medidas de fuerza que surgieron de esas asambleas. Pese al teletrabajo la organización preexistente consiguió que la vida gremial y que la negociación colectiva continúe presente.
Conclusión
El gremio de Prensa fue uno de los mas castigados por el ajuste macrista. Sin lograr reponernos de esos cuatro años de despidos masivos, cierre de medios, ajuste salarial y sobre nuestros derechos, la pandemia volvió a servir de excusa a empresarios que se sienten impunes ante la ley para avanzar nuevamente.
La intervención del Estado se hace más necesaria que nunca. Pero fundamentalmente, la organización colectiva de les trabajadores en cada lugar de trabajo, para defender las condiciones laborales, regular las nuevas situaciones generadas por este nuevo contexto y pelear por recomponer nuestros salarios, una tarea urgente.
El 7 de junio el SiPreBA cumple cinco años. Cinco años de luchas, con triunfos y derrotas, con mas de 15 comisiones internas organizadas en distintos medios de la Ciudad, una comisión de “colaboradores” y “freelance”, la unidad entre medios autogestivos, públicos y privados. El plenario nacional de la Fatpren, el primero de la historia donde se encontraron delegados y delegadas de todo el país, donde salieron propuestas para encarar colectivamente como gremio, es el primer paso para enfrentar este contexto en unidad y con organización.
Vamos por más derechos, mejoras salariales y de condiciones de trabajo.
Fuente: Esta encuesta fue realizada íntegramente por SIPREBA durante mayo y junio de 2020. El relevamiento contó con una muestra de 706 respuestas.
Al margen de la denominación, para el Sindicato son trabajadoras y trabajadores precarizados.