Ni el momento ni el lugar. Ni el tiempo histórico. Todas las piezas desacomodadas. Una lluvia descontrolada. Un presente económico regresivo. Una superposición de demandas populares sin –todavía- un norte definido. En ese contexto, las organizaciones de la comunicación popular protagonizaron una notable concentración frente a las lujosas oficinas del ENACOM para demandar que el Estado les reconozca espacios en la grilla digital. Que no sean sólo para los grupos concentrados de la economía. SiPreBa también estuvo allí, acompañando esa demanda, que siente propia.
La convocatoria la había realizado el espacio Interredes —integrado por Farco, Amarc, RedPac, Arecia, RedColmena, RNMA, Redcom- y también tres emisoras, Barricada Tv, Urbana Tv, y Pares TV- que ganaron licencias por concursos públicos y todavía están fuera de la grilla. Pelearon, en condiciones económicas desiguales, en adjudicaciones públicas sin ningún favor político. Las ganaron con el voto de los miembros del oficialismo y la oposición. Sin embargo siguen afuera. Para darles un lugar hay que reacomodar a los canales comerciales y el gobierno vacila en molestarlos con el cumplimiento de la ley.
Allí estaban, entonces, movimientos populares, con la adhesión de un sinfín de organizaciones del pueblo. Con el respaldo de Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas que denunciaron el papel de los medios masivos tradicionales en las “estrategias geopolíticas de desinformación, transculturación, y desestabilización”.
La lucha de las organizaciones de la comunicación popular tiene décadas de ejercicio. El SiPreBa acaba de nacer, pero sus luchas también tienen memoria. Bien mirado, acaso son dos dimensiones de la misma disputa. Vamos hacia ese punto de encuentro.