La pandemia mata, el aborto clandestino también
No hay emergencia sanitaria que justifique la demora del gobierno nacional en enviar al Congreso el proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Los meses que pasaron desde marzo parecen una eternidad por el aislamiento, pero también por la cantidad de abortos que se realizan todavía en la clandestinidad.
El seguimiento de un aborto con misoprostol (que aumentó su precio de manera exponencial durante los últimos años) puede hacerse de forma remota, siempre que estén a cargo profesionales de la salud. Sin una ley que garantice este derecho, los cuerpos gestantes tenemos la condena de la marginalidad, cuyas complicaciones muchas veces determinan internaciones en hospitales que hoy están colapsados.
Seguimos muriendo por abortos clandestinos y se nos continúa penalizando por decidir sobre nuestros cuerpos. Esto también es una emergencia y, a diferencia del coronavirus, tiene cura: la legalización.
A un mes del cierre de sesiones parlamentarias, desde la Secretaría de Mujeres y Géneros del Sindicato de Prensa de Buenos Aires -SiPreBA-, compartimos el reclamo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: es URGENTE.
#AbortoLegal2020