Los periodistas comprometidos con la transformación de la realidad fueron un objetivo del terrorismo de Estado. El trabajo de organismos abocados a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia estableció que 223 trabajadores de prensa fueron desaparecidos por la última dictadura cívico militar.
El periodismo y los trabajadores de prensa fueron desde el inicio de la última dictadura cívico militar uno de los objetivos del terrorismo de Estado. Desde la recuperación democrática, la cifra de víctimas de este sector que fueron desaparecidos y asesinados por el plan sistemático de terrorismo de Estado y genocidio, tuvo sucesivas actualizaciones que permitieron con exactitud la dimensión sufrida por quienes se dedicaron sus vidas al oficio de la información durante el período 1976-1983.
Memoria.sipreba.org expone el proyecto encarado por trabajadores de prensa organizados en el SiPreBA y en la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), docentes y estudiantes de la Universidad de Avellaneda (Undav) y otros compañeros.
En el sitio (memoria.sipreba.org) podrán encontrar los más de 250 casos de detenidos/as desaparecidos/as del gremio. Un trabajo “vivo”, en permanente actualización, que permite conocer la identidad y la historia de nuestros desaparecidxs.
En 2019, con motivo de conmemorarse el 43ª aniversario del último golpe de Estado ocurrido en Argentina, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (Ruvte) estableció que fueron 223 los periodistas, trabajadores de la comunicación y obreros gráficos desaparecidos durante los años del terrorismo de Estado.
Se trata de una nómina en construcción y en constante revisión, que podría incluso amplificarse en lo inmediato si se contempla el caso de cinco estudiantes de Comunicación y Periodismo que figuran entre las víctimas de la última dictadura.
Tres años antes, y a pedido del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), el Ruvte confeccionó un listado que contenía 171 desaparecidos.
Un año después, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) realizó un informe sobre los fotógrafos desaparecidos. Ese relevamiento incluyó a trabajadores gráficos que se desempeñaban en los medios de comunicación.
En la década del 80 también desde entidades sindicales vinculadas a la actividad se publicaron recopilaciones como “Con vida los queremos. Las voces que necesitaba silenciar la dictadura”, que en el año 2014 fue reeditado con prólogo de Osvaldo Bayer, que limitó la lista a los periodistas.
Desde entonces y desde el Sipreba, se trabajó para incluir a las personas que son trabajadores de prensa, obrero/a gráfico/a, estudiante o militante de la comunicación, tal como el caso de Alejandro Almeida, hijo de la titular de Madres de PLaza de Mayo, Línea Fundadora, Taty Almeida y trabajador de Télam.
Según un escrito difundido por el Espacio Memoria de la ExEsma, en la última nómina confeccionada por el Ruvte se contemplan documentos de la CONADEP, de la Secretaría de Derechos Humanos, Registro de Fallecidos, Habeas Corpus, prontuarios policiales, libros de cementerios, expedientes judiciales y otros elementos oficiales.
A todo ese acervo se suman las declaraciones testimoniales en audiencias de juicios de lesa humanidad y fundamentos de sentencias firmes.
Todo este trabajo de recolección de datos permitió ampliar la información disponible sobre los trabajadores de prensa que permanecen como desaparecidos. En 1998, la cifra ascendía a 101.
El primer listado de periodistas desaparecidos fue impulsado por Catalina Guagnini, integrante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, y madre de Luis Guagnini, periodista secuestrado el 21 de diciembre de 1977.
En el seno de eso organismo defensor de los Derechos Humanos se conformó la Comisión de Periodistas Desaparecidos, que documentó las denuncias sobre hechos de represión ilegal padecidos por los trabajadores de prensa.
En el informe “Nunca Más”, la CONADEP estableció que los periodistas desaparecidos eran 84. Un 1,6 por ciento del total de los casos registrados.
En 1986, en el libro Con vida los queremos, el listado llegaba a 90.
En ese documento se indicaba la fecha aproximada de desaparición. Por ejemplo: “Oesterheld, Héctor Germán: Guionista de historietas, El Eternauta, Sargento Kirk: 06/77”.
Con el tiempo y el trabajo de los organismos abocados a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia –muchos de ellos desmantelados por la vocación negacionistas que caracteriza al Gobierno de Javier Milei— la información recabada permitió ampliar la lista de víctimas.
Rodolfo Walsh, Enrique Raab, Julián Delgado, Héctor Demarchi, Raymundo Glayzer, Norberto Habegger, Susana Lugones, Enrique Walker, son algunos de los prestigiosos periodistas que integran esta lista, y que apostaron por dar testimonio de tiempos del horror y desde una vocación colectiva.
Todos ellos, los 223, siguen presentes en la memoria de los trabajadores de prensa y constituyen un ejemplo a seguir para las jóvenes generaciones de periodistas.
Nota producida por la cobertura especial 24MxMediosPúblicos
23 de marzo 2025