Rechazo al pago del bono en cuotas y plan de acción en El Cronista
La Asamblea de Trabajadores de El Cronista sesionó y resolvió rechazar la decisión de la empresa de pagar el bono de $ 5000 en tres cuotas de $ 1666,66 a terminar de cobrar, la última, el cuarto día hábil de enero.
La asamblea ratificó el pedido de que el bono se pague de una sola vez y, además, se incorpore al sueldo, habida cuenta de la impresionante erosión que han sufrido nuestros salarios producto de la inflación con sucesivas paritarias a la baja. Y habida cuenta de que, con un mero 15% obtenido hasta ahora, tanto Utpba como AEDBA pactaron reunirse otra vez recién en la primera semana de noviembre, con la idea -según ha trascendido- de establecer nuevos porcentajes de aumento recién, probablemente, para enero.
El acta firmada por la Utpba con las empresas de AEDBA es una burla: divide en tres cuotas un pago que fue establecido como un mínimo resarcimiento, un paliativo de por sí insuficiente, pero de emergencia, que se esteriliza con esa modalidad de pago ridícula.
En este contexto, la Asamblea votó iniciar el martes que viene un plan de acción cuya primera medida se concretará ese mismo día con una retención de tareas sin actualización de la web por tres horas, de 13 a 16, con asamblea incluida.
La Asamblea de ese día enmarcará nuestra primera acción y deliberará sobre nuevas medidas si la respuesta a nuestros reclamos no es escuchada.
Los trabajadores de El Cronista estamos en una situación salarial muy compleja, que se manifiesta día a día, con tensiones y angustias, en un cuadro en el que se ha incrementado la presión laboral con un número de trabajadores significativamente menor. Estamos cansados de escuchar como argumento “la crisis del sector” y cuán peor están en otras empresas. Lo sabemos de sobra: en esas empresas trabajan colegas, amigos y compañeros con los que compartimos, a diario, el trabajo y las luchas del gremio.
Nuestras familias no pueden esperar ni someterse a los dictados de una representación sindical corrupta, que es aviesamente aprovechada por las empresas para destruir nuestros salarios y condiciones de vida y trabajo.
Todo tiene un límite.