Las empresas de medios periodísticos les dicen a sus lectores y a sus trabajadores que están haciendo un gran sacrificio para sobrellevar la crisis en la industria periodística, fruto de estos tiempos, pero en realidad el esfuerzo recae sobre las espaldas de sus trabajadores que, día a día, ponen su fuerza y horas de trabajo permitiendo que los empresarios mantengan sus márgenes de utilidades, y en muchos casos los aumenten con la pauta oficial del Estado. Si el esfuerzo por comunicar es parejo, que sea parejo también al momento de recibir la compensación económica.
No es posible ni correcto que nos quedemos callados y no digamos a viva voz que, mientras las empresas periodísticas exigen más y más cada día, ni siquiera les paguen a los colaboradores o freelancers, a quien en el caso de Editorial Perfil le adeudan el pago desde hace 5 o 6 meses argumentando motivos de fuerza mayor o la cuarentena.
Los desmanejos e incumplimientos que durante años las empresas hicieron, precarizando trabajadores para ganar más, tienen que tener un límite. El capitalismo en tiempos de ganancias y el socialismo en períodos de “vacas flacas” que argumentan las empresas es digno de canallas.
Todos los días recibimos reclamos de compañeres pidiendo cobrar sus sueldos adeudados, tal y como sucede con algunos colaboradores que no cobran por su trabajo -en algunos casos desde octubre del año pasado-. Es tiempo de que paguen lo que tienen que pagar y no que los colaboradores tengan que recurrir a pedir prestado o hacer colectas entre amigos y familiares para comprar comida porque las empresas utilizan el dinero de los salarios impagos para expandirse y capitalizarse. Crisis es oportunidad, dicen algunos. En las empresas de medios, la crisis no puede ser la oportunidad de algunos pocos que usufructúan con el hambre y la necesidad del trabajador para abrir canales de TV y radios a costo cero.
Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires instamos a Editorial Perfil a que, por lo menos esta vez, estén en sintonía con las necesidades de sus trabajadores y paguen los salarios adeudados.
Hablar todo el tiempo de periodismo puro o periodismo de verdad implica tener la talla moral para sostener en los hechos lo que desde el marketing empresarial se proclama. Esta vez les toca pagar por el trabajo realizado que hace meses no abonan. La situación no da para más.
Los trabajadores de prensa no somos un banco de crédito ni inversionistas; somos laburantes que tratamos de llevar el plato de comida a nuestra casa con el trabajo diario.