El Sindicato de Prensa de Buenos Aires inició, por segundo año consecutivo, el taller Periodismo y Organización Sindical para alumnos de la UBA. Los delegados Diego Pietrafesa, de Telefé, Tomás Eliaschev, de Revista 23 y Guido Molteni, de La Nación, abrieron la primera jornada. La materia, que es parte del Posgrado en Periodismo Deportivo de la Facultad de Ciencias Sociales, se dicta en la sede Constitución, con un programa orientado a que los estudiantes conozcan sus derechos como trabajadores de prensa y sepan de qué manera pueden defenderlos.
Al dirigirse al nutrido auditorio, Tomás Eliaschev hizo un recorrido por los últimos 20 años de la organización sindical en prensa y explicó la génesis del SiPreBA, surgido en 2015. Entre otras consideraciones, el periodista que además es secretario de Derechos Humanos del Sindicato expresó: “Lo más importante es recordar que somos compañeros, que la salida no es individual. Hay que pensarlo en colectivo”. Añadió que “Tenemos el honor de haber sido el primer sindicato que salió a enfrentar el ajuste macrista, en un verano caliente por el vaciamiento del Grupo 23”. En este sentido, aclaró que “nosotros no somos la empresa en la que trabajamos. Hay que hacer este maravilloso oficio con amor y pasión pero no sentirnos en un ‘nosotros’ con los patrones. Somos un ‘nosotros’ con los demás trabajadores de prensa, y la verdadera grieta es entre trabajadores y patrones”, sentenció.
Eliaschev concluyó que “nos toca enfrentar a patronales acostumbradas a manejar la agenda, a usar los medios como maquinarias de lobby para hacer negociados. Nosotros no solamente reclamamos por nuestros puestos de trabajo, por la dignidad del oficio, sino contra la censura y por la libertad de expresión.”
Diego Pietrafesa, de Telefé, explicó el rol del delegado y de qué maneras puede participar un trabajador que quiere sumarse a luchar por sus derechos. A partir de su propia experiencia consideró que “participar desde un puesto de trabajo es siempre incómodo. Siempre implica poner el cuerpo, exponerse. Pero el salario no es una limosna, es justo luchar por él. Y nos da la enorme ventaja de sentirnos acompañados”.
Agregó que “a nadie le parece mal que se organice la Sociedad Rural, que los ruralistas peleen juntos por sus intereses. A todos les parece normal que exista la UIA, que se organicen los industriales. Pero parece algo malo cuando los que se organizan sos los trabajadores. Es porque demolieron la conciencia de los trabajadores. Hay que reconstruirla”, aseveró.
El delegado dijo a los estudiantes que “ninguno de nosotros luchó desde el día 1 en la empresa. Mientras adquieren ejercicio gremial, ustedes pueden adquirir la conciencia del trabajador. Ponerse del lado del laburante. Conversar del tema con su familia y sus amigos. Formarse. Cosas que se pueden hacer sin ir a una asamblea pero que, inevitablemente, los van a poner en una asamblea. Nuestro peor pecado es no creernos trabajadores.”
Por su parte, Guido Molteni relató experiencias de organización vividas en La Nación, como el repudio masivo de la redacción al editorial pro dictadura publicado en el diario al día siguiente de la asunción de Macri.
Respecto de la participación de las y los trabajadores en el órgano de resolución de los trabnajadores dentro de las empresas, indicó que “a veces, en las asambleas hay poca gente. Otras son masivas. No hay que desmoralizarse”. Precisó que “el rol del delegado es comprometer a compañeros incluso cuando las asambleas sean chicas. Construir activistas, compañeros que no quieran o no puedan ser delegados pero que respalden y colaboren con la organización”. Al tiempo, el delegado de La Nación aseguró que “los activistas son clave para aumentar la relación de fuerzas con la patronal”.